Hoy con la colaboración especial de: Miquel Aguiló Vega, estudiante de 4º año de Grado en Filosofía de la Universitat de les Illes Balears.
Conclusiones - Maquiavelo
"En la teoría política que encontramos en las principales obras de Maquiavelo, como son El Príncipe y Los Discursos Sobre La Primera Decada De Tito Livio, el pensador florentino no solo nos relata cuales son las pautas que ha de seguir un gobierno para mantener el poder, sino que además nos da a conocer una
En primer lugar, para Maquiavelo existe un sentido de la historia. Si los hombres son los que construyen con su acción la historia y existe una naturaleza humana que es siempre la misma, los hechos históricos forzosamente deben repetirse a lo largo de la historia. De ahí que en Maquiavelo encontremos una concepción cíclica de la historia que va a ser lo que posibilite su método de estudio que es básicamente inductivo. A partir del estudio empírico de las circunstancias en las que se encontraban los líderes políticos del pasado y de como actuaron estos en tales circunstancias, Maquiavelo extrae para cada circunstancia una regla general que todo gobernador debe conocer y poner en práctica. Será entonces la aplicación de estas reglas lo que ayudará al gobernante a mantenerse en el poder y conservar la estabilidad de su estado. Así por ejemplo, en los capítulos III y V de El Príncipe Maquiavelo nos dice que en la adquisición de un nuevo territorio por parte de cualquier estado, si los pueblos del territorio conquistado están acostumbrados a ser libres, el gobernador del estado conquistador necesariamente debe o destruir a los pueblos conquistados para evitar su posible rebelión o ir a vivir a esos territorios para poder poner fin rápidamente a las posibles rebeliones. Pone como casos paradigmáticos la conquista de Grecia por parte del Turco, el cual tuvo que ir a vivir allí para mantenerla, o las conquistas de Capua, Cartago y Numancia por parte de los Romanos, que tuvieron que destruir a estos tres pueblos para poder luego dominarlos. Cabe destacar además otro aspecto del método, este consiste en la reducción al mínimo de las posibilidades de acción del gobernador con el fin de plantear dicotomías que contienen la acción correcta que el gobernador debe emprender y la acción errónea que el gobernador debe evitar. En este sentido podemos hablar de Maquiavelo como precursor de la ciencia política, pues mediante la aplicación de un método lleva a cabo un análisis preciso de las posibilidades de acción política para elegir en último término las más adecuadas. Así por ejemplo, en el capitulo VIII de El Príncipe Maquiavelo declara que un gobernador en la adquisición de un nuevo estado debe tener previstos todas los males que necesariamente deberá causar a ese estado y plantea la posibilidad de actuar todas las ofensas de golpe o ir administrándolas poco a poco, dándonos a entender que la primera opción es adecuada y la segunda errónea. En este sentido se hace entendible la crítica que hace Maquiavelo a algunos gobernadores por: “no tener verdadero conocimiento de la historia, y de no extraer, al leerla, su sentido”.
En segundo lugar, Maquiavelo nos presenta una ética consecuencialista, la acción del gobernador es considerada virtuosa si esta le lleva a alcanzar el fin que se propone, a saber: mantenerse en el poder y mantener la estabilidad entre los distintos humores del estado. De esta manera, la acción virtuosa en al ámbito político será aquella que alcance su objetivo, ndependientemente de si los medios para alcanzarlo casan con la virtud moral tradicional propia del cristianismo. Así por ejemplo, como ya hemos mencionado antes, Maquiavelo no tiene ningún reparo en aconsejar al príncipe que al conquistar un nuevo territorio destruya los pueblos que en él viven si así consigue dominarlos definitivamente. No obstante, esto es matizable, pues en el capitulo VIII de El Príncipe nos habla de Agatocles y de como utilizó medios infames para someter a la fortuna y hacerse con el poder declarando que: “no se puede llamar virtud el asesinar a los propios ciudadanos, traicionar a los amigos, no tener palabra, ni piedad, ni religión; estos medios harán ganar poder pero no gloria”. De esto se deduce que no cualquier medio para alcanzar el fin propuesto es lícito si se quiere poseer la virtud. La máxima formal que tradicionalmente se ha utilizado para resumir el pensamiento Maquiavélico: “actúa según cualquier medio para alcanzar el fin, pues el fin justifica los medios”, si se tienen en cuenta estas últimas declaraciones sobre Agatocles, debería devenir en: “actúa según el mejor medio posible para alcanzar el fin, pues no todos los medios llevan a la adquisición de la virtud”. En este sentido aún quedaría algún vestigio de la virtud moral cristiana en la nueva virtud política que Maquiavelo promulga. De hecho, Maquiavelo nos ha introducido en este capitulo VIII de El Príncipe una nueva categoría ética, la gloria, la cual parece ser que solo se alcanza al combinar la virtud política con la virtud moral. Otra cuestión interesante seria saber hasta qué punto es extrapolable este concepto de virtud: si no solo atañe a los gobernadores y atañe también al pueblo. En caso de ser así no estaría injustificada la relación existente entre la concepción de la naturaleza humana Maquiavélica y la Hobbesiana, pues ambos conciben al individuo como fundamentalmente egoísta y preocupado principalmente por alcanzar sus propios fines. Sería entonces por esta razón que los dos teóricos políticos promulgan la constitución de un poder central fuerte que sea capaz de imponer la ley y evitar así que los individuos en la búsqueda de sus fines hagan uso de medios considerados peligrosos para la estabilidad social.
Y es que otra de las novedades de Maquiavelo es introducir en su teoría política el conflicto social que explica gracias a la teoría de los humores. Los humores son el producto de la combinación de cuatro cualidades (calor, frío, humedad y sequedad). Para Maquiavelo en cada individuo predomina uno u otro humor y esto es lo que va a determinar su temperamento. Es entonces el contraste ente distintos temperamentos dentro de la sociedad lo que causa el conflicto.En tercer lugar, Maquiavelo propone la capacidad del sujeto de hacer frente al determinismo que suponía la antigua providencia divina, convertida ahora en fortuna. El individuo que conoce y que utiliza con virtud la facultad de la razón puede hacer la fortuna suya, dominarla y vencerla imponiendo así su voluntad y haciéndose dueño de su destino. Ahora bien, las circunstancias no son siempre propicias para que el individuo pueda hacer uso de la virtud y pueda dominar a la fortuna. La razón humana es limitada y aquello que no puede convertir con su razonamiento en ciencia, en necesidad, queda confinado al ámbito de la fortuna que: “es árbitro de la mitad de nuestras acciones”. No puede el individuo prever y tener conocimiento de todas las circunstancias que le afectan directamente, por lo que en ocasiones, todo conocimiento que tenga del mundo no le será suficiente para poder alcanzar sus fines con su virtud.
Este último aspecto de la filosofía Maquiavélica nos permite arrojar luz sobre la cuestión de cuáles eran las verdaderas convicciones políticas del autor, pues en los discursos parece defender el republicanismo y en El Príncipe la monarquía absoluta. En el capitulo II de los discursos, Maquiavelo afirma unívocamente que la república mixta es: “más firme y más estable” y en el prólogo de los discursos presenta una crítica feroz a aquellos que: “dedican sus obras a algún príncipe”. Entonces, ¿A qué se debe la publicación de su obra El Príncipe? Pues así como lo declara en el prólogo: a la “malignidad de la fortuna”. La obra El Príncipe supone un ejercicio de virtud por parte de Maquiavelo, que debe adaptarse a circunstancias que le son del todo contrarias para poder, de alguna manera, alcanzar el fin que se ha propuesto que no es otro que el de unificar todos los reinos italianos en una gran nación.Y dado que en Florencia cayó la república y se restauró el reinado de los Médici, la única posibilidad de llevar a cabo la unificación italiana en aquel contexto era motivar a Lorenzo de Médici a emprender tal causa.
En conclusión, podemos afirmar que Maquiavelo anticipa en muchos aspectos el paso del Renacimiento a la Modernidad. Como hemos visto, encontramos en Maquiavelo toda una reflexión política basada en el hombre y en su naturaleza, a partir de la cual es posible extraer distintas ideas genuinamente modernas como son: la capacidad del hombre de conocer la realidad mediante la aplicación de un método con el fin de convertir en necesidad (o ciencia) el ámbito de lo desconocido; la concepción del individuo racional como sujeto actor de la historia; y la capacidad de acción del sujeto que queda liberado de cualquier designio divino siempre y cuando ejerza en circustancias favorables la virtud.
Bibliografía:
-Copleston. Friedrick. (1963) Historia de la filosofia. Barcelona: Editorial Ariel S.A.
-Llinàs. Joan Lluís. (2009) Història de la filosofia Moderna I. Palma: Edicions Uib
-Maquiavelo (1985) El principe. Madrid: Ediciones Cátedra
- Maquiavelo. (2012) Los Discursos. Dossier de textos"
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